👀 Puesto los ojos en Jesús (hebreos 12:1-2) | Santidad y Comunión

Introducción: Cuando más un creyente permanezca bajo el dominio de algún pecado, este pecado le impedirá correr la carrera cristiana, porque le quitará toda la motivación para ir tras Jesús, y esto le dará entrada al desaliento.    Que el desaliento no desvié tu mirada de Jesús.  En nuestra vida cristiana, pasamos por muchas pruebas y procesos difíciles, que en ocasiones nos preguntamos ¿Dónde está Dios? en muchos de esos procesos nos desanimamos, y por más que nos esforzamos, es como si no hubiera salida. Pero a pesar que nos sintamos así, no debemos olvidar lo que nuestro Señor Jesucristo nos dijo: y he aquí yo estoy con vosotros todos los días.  Por muy difícil que sea la situación, Dios tiene el control de todo, así que, aunque sea difícil la realidad que estamos viviendo, esto no nos debe desenfocar de Jesús, nuestros ojos no deben dejar de mirar a Jesús y seguir confiando en ÉL. Porque nuestra realidad dice una cosa, pero la palabra de Dios dice otra. La palabra nos sigue diciendo “puesto los ojos en Jesús”.  Si Dios guarda silencio, esto no quiere decir que se haya olvidado de nosotros. Porque su palabra dice en Salmos 34:19 “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová. En Romanos 8:35-39, nos dice que ninguna cosa creada nos separará del amor de Dios. Dios permite las pruebas, con el objetivo de fortalecer nuestra fe, y que aprendamos a depender de Él en todo momento, y que nuestros ojos siempre permanezcan en Jesús, que lo veamos como nuestro todo.    Esta carrera NO la estamos corriendo solos.  No ha habido un segundo en nuestras vidas, en el que Dios nos haya dejado solos, porque Dios nos llamó, y nos lleva hasta Él. Jesús, es el camino que Dios nos ha dejado para que lleguemos a él, y es en ese camino que nosotros debemos permanecer. Pero a Dios no le bastó con solo darnos a Jesús que es el camino, sino que también nos ha dado su Espíritu, que nos ayuda a permanecer en Cristo.  Dios sabía de antemano que, en esta carrera, iban a haber muchas pruebas y obstáculos, los cuales teníamos que vencer. Por eso nos ha dejado instrucciones para que podamos vencer esos obstáculos, todo lo que necesitamos está en su palabra. Todo lo que necesitamos es aferrarnos a Él, y Él nos dará la fuerza, la sabiduría y la fortaleza para vencer, así como han logrado vencer grandes hombres y mujeres de Dios.  A veces, vemos los problemas muy grandes, porque nuestra visión esta desenfocada del objetivo que es Cristo Jesús. cuando dejamos de ver a Dios, o cuando estamos lejos de Él, es entonces cuando los problemas y las pruebas se ven más grandes que la misericordia y el amor de Dios. Pero cuando mi mirada está enfocada, y reconozco la grandeza y el amor de Dios, las pruebas las veré como realmente lo son, PEQUEÑAS, porque todas las cosas delante de Dios son pequeñas, y si tu estas cerca de Dios, podrás ver las cosas como Él las ve.  Mientras más lejos estés de Dios, sentirás las pruebas como un castigo, las verás como un problema imposible de solucionar, y sentirás que Dios te ha dejado solo, que se ha olvidado de Ti. Pero mientras más te acercas a Dios, a pesar de que estés en el desierto, y tengas problemas, y veas que todos te han dejado, siempre sentirás que Dios está contigo, y que nunca te ha dejado, aunque Él este en silencio, tu, no dejarás de creer lo que Jesús dijo: yo estoy con vosotros todos los días.    Puesto los ojos en Jesús.  Nuestros ojos solo deben estar en Jesús, pues como dice su palabra, Él es el autor y consumador de la fe: (hebreos 12:2). Si solo miráramos a Jesús, Dios aumentaría cada día más y más nuestra fe, y nos enseñaría a confiar en Él, a pesar de las adversidades y los problemas.  Cuando los atletas están en una carrera, ellos no sacan su mirada de la pista, ellos saben cuántos metros van a correr, y cuanto tiempo se van a demorar en terminar la carrera, en el trayecto de la carrera se cansan, pero ellos no se detienen porque están enfocados solo en la meta, en la victoria que van a conseguir, y eso les hace recobrar ánimo y fuerzas para terminar la carrera. Y como dicen las escrituras, ellos corren por una corona corruptible.  Pero, nosotros corremos por una que es incorruptible, entonces cuanto más nosotros deberíamos correr cuidadosamente esta carrera, con temor de tropezar y perder tan grande premio que Dios nos ha dado, y además que ha sido gratis. Nosotros como seguidores de Jesús, tenemos muchos más motivos para permanecer en esta carrera, tenemos miles de promesas a las cuales debemos aferrarnos, y pedirle a Dios que nos de aliento y fuerzas para no abandonar esta carrera.  Debemos mirar solo a Jesús, no debemos fijarnos en como camina el otro, si el otro está caminando mal, porque él esté caminando mal yo no debo hacer lo mismo. Lo que tengo que hacer es alentarlo, exhortarlo y animarlo a que continué, el desaliento de los demás no me debe desviar mi mirada de Jesús. Al contrario, ahí es donde más debo mirar a Jesús, y orar por aquel que está caminando mal.  Si queremos correr esta carrera sin peso, nosotros debemos despojarnos de muchas cosas que solo nos estancan: (Orgullo, celos, envidias, pleitos, contiendas, enojo, ira, gritería, impurezas, mentiras, y muchas otras cosas). Debemos sacar la mirada de las cosas del mundo, y ponerla en las cosas de arriba donde está Jesús.  Colosenses 3:1.  Si, pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.  Mateo 6:33.  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.    Conclusión: Cuando enfrentamos dificultades, es muy fácil que el desaliento tenga cavidad en nuestras vidas, lo cual nos puede desorientar de la meta. Pero debemos tener presente que no estamos solos, tenemos la ayuda de Dios. Tenemos muchos hermanos y hermanas en la fe, que han logrado vencer las adversidades de forma constante y en circunstancias más difíciles, de las que nosotros estamos experimentando. Y esto ha sido porque sus ojos siempre los tuvieron en Jesús, y no en el mundo, ni en los demás.  Las pruebas no son un castigo, al contrario, son el campo de adiestramiento que Dios usa, para que sus hijos alcancen una madures cristiana, desarrollar la paciencia y confianza en Él.  Espero esto te haya sido de ayuda, y si por algún motivo tus ojos los había apartado de Jesús, es tiempo de que te enfoques en Él, para que Dios siga tratando contigo, y te moldee conforme sea su voluntad.  DIOS TE BENDIGA

Puesto los ojos en Jesús

Introducción: Cuando más un creyente permanezca bajo el dominio de algún pecado, este pecado le impedirá correr la carrera cristiana, porque le quitará toda la motivación para ir tras Jesús, y esto le dará entrada al desaliento.


Que el desaliento no desvíe tu mirada de Jesús.

En nuestra vida cristiana, pasamos por muchas pruebas y procesos difíciles, que en ocasiones nos preguntamos ¿Dónde está Dios? en muchos de esos procesos nos desanimamos, y por más que nos esforzamos, es como si no hubiera salida. Pero a pesar que nos sintamos así, no debemos olvidar lo que nuestro Señor Jesucristo nos dijo: y he aquí yo estoy con vosotros todos los días.

Por muy difícil que sea la situación, Dios tiene el control de todo, así que, aunque sea difícil la realidad que estamos viviendo, esto no nos debe desenfocar de Jesús, nuestros ojos no deben dejar de mirar a Jesús y seguir confiando en ÉL. Porque nuestra realidad dice una cosa, pero la palabra de Dios dice otra. La palabra nos sigue diciendo “puestos los ojos en Jesús” (hebreos 12:1-2).

Si Dios guarda silencio, esto no quiere decir que se haya olvidado de nosotros. Porque su palabra dice en Salmos 34:19 “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová. En Romanos 8:35-39, nos dice que ninguna cosa creada nos separará del amor de Dios. Dios permite las pruebas, con el objetivo de fortalecer nuestra fe, y que aprendamos a depender de Él en todo momento, y que nuestros ojos siempre permanezcan en Jesús, que lo veamos como nuestro todo.


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Esta carrera NO la estamos corriendo solos.

No ha habido un segundo en nuestras vidas, en el que Dios nos haya dejado solos, porque Dios nos llamó, y nos lleva hasta Él. Jesús, es el camino que Dios nos ha dejado para que lleguemos a él, y es en ese camino que nosotros debemos permanecer. Pero a Dios no le bastó con solo darnos a Jesús que es el camino, sino que también nos ha dado su Espíritu, que nos ayuda a permanecer en Cristo.


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Dios sabía de antemano que, en esta carrera, iban a haber muchas pruebas y obstáculos, los cuales teníamos que vencer. Por eso nos ha dejado instrucciones para que podamos vencer esos obstáculos, todo lo que necesitamos está en su palabra. Todo lo que necesitamos es aferrarnos a Él, y Él nos dará la fuerza, la sabiduría y la fortaleza para vencer, así como han logrado vencer grandes hombres y mujeres de Dios.

A veces, vemos los problemas muy grandes, porque nuestra visión esta desenfocada del objetivo que es Cristo Jesús. cuando dejamos de ver a Dios, o cuando estamos lejos de Él, es entonces cuando los problemas y las pruebas se ven más grandes que la misericordia y el amor de Dios. Pero cuando mi mirada está enfocada, y reconozco la grandeza y el amor de Dios, las pruebas las veré como realmente lo son, PEQUEÑAS, porque todas las cosas delante de Dios son pequeñas, y si tu estas cerca de Dios, podrás ver las cosas como Él las ve.

Mientras más lejos estés de Dios, sentirás las pruebas como un castigo, las verás como un problema imposible de solucionar, y sentirás que Dios te ha dejado solo, que se ha olvidado de Ti. Pero mientras más te acercas a Dios, a pesar de que estés en el desierto, y tengas problemas, y veas que todos te han dejado, siempre sentirás que Dios está contigo, y que nunca te ha dejado, aunque Él este en silencio, tu, no dejarás de creer lo que Jesús dijo: yo estoy con vosotros todos los días.


Puesto los ojos en Jesús.

Nuestros ojos solo deben estar en Jesús, pues como dice su palabra, Él es el autor y consumador de la fe: (hebreos 12:2). Si solo miráramos a Jesús, Dios aumentaría cada día más y más nuestra fe, y nos enseñaría a confiar en Él, a pesar de las adversidades y los problemas.

Cuando los atletas están en una carrera, ellos no sacan su mirada de la pista, ellos saben cuántos metros van a correr, y cuanto tiempo se van a demorar en terminar la carrera, en el trayecto de la carrera se cansan, pero ellos no se detienen porque están enfocados solo en la meta, en la victoria que van a conseguir, y eso les hace recobrar ánimo y fuerzas para terminar la carrera. Y como dicen las escrituras, ellos corren por una corona corruptible.

Pero, nosotros corremos por una que es incorruptible, entonces cuanto más nosotros deberíamos correr cuidadosamente esta carrera, con temor de tropezar y perder tan grande premio que Dios nos ha dado, y además que ha sido gratis. Nosotros como seguidores de Jesús, tenemos muchos más motivos para permanecer en esta carrera, tenemos miles de promesas a las cuales debemos aferrarnos, y pedirle a Dios que nos de aliento y fuerzas para no abandonar esta carrera.


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Debemos mirar solo a Jesús, no debemos fijarnos en como camina el otro, si el otro está caminando mal, porque él esté caminando mal yo no debo hacer lo mismo. Lo que tengo que hacer es alentarlo, exhortarlo y animarlo a que continué, el desaliento de los demás no me debe desviar mi mirada de Jesús. Al contrario, ahí es donde más debo mirar a Jesús, y orar por aquel que está caminando mal.

Si queremos correr esta carrera sin peso, nosotros debemos despojarnos de muchas cosas que solo nos estancan: (Orgullo, celos, envidias, pleitos, contiendas, enojo, ira, gritería, impurezas, mentiras, y muchas otras cosas). Debemos sacar la mirada de las cosas del mundo, y ponerla en las cosas de arriba donde está Jesús.

Colosenses 3:1.

Si, pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

Mateo 6:33.

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.


Conclusión

Cuando enfrentamos dificultades, es muy fácil que el desaliento tenga cavidad en nuestras vidas, lo cual nos puede desorientar de la meta. Pero debemos tener presente que no estamos solos, tenemos la ayuda de Dios. Tenemos muchos hermanos y hermanas en la fe, que han logrado vencer las adversidades de forma constante y en circunstancias más difíciles, de las que nosotros estamos experimentando. Y esto ha sido porque sus ojos siempre los tuvieron en Jesús, y no en el mundo, ni en los demás.

Las pruebas no son un castigo, al contrario, son el campo de adiestramiento que Dios usa, para que sus hijos alcancen una madures cristiana, desarrollar la paciencia y confianza en Él.

Espero esto te haya sido de ayuda, y si por algún motivo tus ojos los había apartado de Jesús, es tiempo de que te enfoques en Él, para que Dios siga tratando contigo, y te moldee conforme sea su voluntad.

DIOS TE BENDIGA

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