Puesto los ojos en Jesús
Introducción:
Cuando más un creyente permanezca bajo el dominio de algún pecado, este
pecado le impedirá correr la carrera cristiana, porque le quitará toda la
motivación para ir tras Jesús, y esto le dará entrada al desaliento.
Que el desaliento no desvÃe tu mirada de Jesús.
En nuestra vida cristiana, pasamos por muchas pruebas y procesos
difÃciles, que en ocasiones nos preguntamos
¿Dónde está Dios? en muchos
de esos procesos nos desanimamos, y por más que nos esforzamos, es como si
no hubiera salida. Pero a pesar que nos sintamos asÃ, no debemos olvidar
lo que nuestro Señor Jesucristo nos dijo:
y he aquà yo estoy con vosotros todos los dÃas.
Por muy difÃcil que sea la situación, Dios tiene el control de todo, asà que, aunque sea difÃcil la realidad que estamos viviendo, esto no nos debe desenfocar de Jesús, nuestros ojos no deben dejar de mirar a Jesús y seguir confiando en ÉL. Porque nuestra realidad dice una cosa, pero la palabra de Dios dice otra. La palabra nos sigue diciendo “puestos los ojos en Jesús” (hebreos 12:1-2).
Si Dios guarda silencio, esto no quiere decir que se haya olvidado de
nosotros. Porque su palabra dice en
Salmos 34:19 “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas
le librará Jehová. En Romanos 8:35-39, nos dice
que ninguna cosa creada nos separará del amor de Dios. Dios permite las
pruebas, con el objetivo de
fortalecer nuestra fe, y que
aprendamos a depender de Él en todo momento, y que
nuestros ojos siempre permanezcan en Jesús,
que lo veamos como nuestro todo.
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Esta carrera NO la estamos corriendo solos.
No ha habido un segundo en nuestras vidas, en el que Dios nos haya dejado
solos, porque Dios nos llamó, y nos lleva hasta Él.
Jesús, es el camino que Dios nos ha dejado para que lleguemos a él,
y es en ese camino que nosotros debemos permanecer. Pero a Dios no le
bastó con solo darnos a Jesús que es el camino, sino que también
nos ha dado su EspÃritu, que
nos ayuda a permanecer en Cristo.
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Dios sabÃa de antemano que, en esta carrera, iban a haber muchas
pruebas y obstáculos, los
cuales tenÃamos que vencer. Por eso nos ha dejado instrucciones para que
podamos vencer esos obstáculos, todo lo que necesitamos está en su
palabra. Todo lo que necesitamos es aferrarnos a Él, y
Él nos dará la fuerza, la sabidurÃa y la fortaleza para vencer,
asà como han logrado vencer grandes hombres y mujeres de Dios.
A veces, vemos los problemas muy grandes, porque
nuestra visión esta desenfocada del objetivo que es Cristo Jesús. cuando dejamos de ver a Dios, o cuando estamos lejos de Él, es entonces
cuando los problemas y las pruebas se ven más grandes que la misericordia
y el amor de Dios. Pero cuando mi mirada está enfocada, y reconozco la
grandeza y el amor de Dios, las pruebas las veré como realmente lo son,
PEQUEÑAS, porque todas las
cosas delante de Dios son pequeñas, y si tu estas cerca de Dios, podrás
ver las cosas como Él las ve.
Mientras más lejos estés de Dios, sentirás las pruebas como un castigo,
las verás como un problema imposible de solucionar, y
sentirás que Dios te ha dejado solo, que se ha olvidado de Ti. Pero mientras más te acercas a Dios, a pesar de que estés en el desierto,
y tengas problemas, y veas que todos te han dejado,
siempre sentirás que Dios está contigo, y que nunca te ha dejado, aunque Él este en silencio, tu, no dejarás de creer lo que Jesús dijo: yo estoy con vosotros todos los dÃas.
Puesto los ojos en Jesús.
Nuestros ojos solo deben estar en Jesús, pues como dice su palabra, Él es
el autor y consumador de la fe:
(hebreos 12:2). Si solo
miráramos a Jesús, Dios aumentarÃa cada dÃa más y más nuestra fe, y nos
enseñarÃa a confiar en Él, a pesar de las adversidades y los
problemas.
Cuando los atletas están en una carrera, ellos no sacan su mirada de la
pista, ellos saben cuántos metros van a correr, y cuanto tiempo se van a
demorar en terminar la carrera, en el trayecto de la carrera se cansan,
pero ellos no se detienen porque están enfocados solo en la meta,
en la victoria que van a conseguir, y eso les hace recobrar ánimo y
fuerzas para terminar la carrera. Y como dicen las escrituras,
ellos corren por una corona corruptible.
Pero, nosotros
corremos por una que es incorruptible,
entonces cuanto más nosotros deberÃamos correr cuidadosamente esta
carrera,
con temor de tropezar y
perder tan grande premio que Dios nos ha dado, y además que ha sido
gratis. Nosotros como
seguidores de Jesús, tenemos muchos más motivos para permanecer en esta
carrera, tenemos
miles de promesas a las
cuales debemos aferrarnos, y
pedirle a Dios que nos de aliento y fuerzas
para no abandonar esta carrera.
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Debemos
mirar solo a Jesús, no
debemos fijarnos en como camina el otro, si el otro está caminando mal,
porque él esté caminando mal yo no debo hacer lo mismo. Lo que tengo que
hacer es
alentarlo, exhortarlo y animarlo
a que continué, el desaliento de los demás no me debe desviar mi mirada de
Jesús. Al contrario, ahà es donde más debo mirar a Jesús, y
orar por aquel que está caminando mal.
Si queremos correr esta carrera sin peso, nosotros debemos despojarnos de
muchas cosas que solo nos estancan:
(Orgullo, celos, envidias, pleitos, contiendas,
enojo, ira, griterÃa, impurezas, mentiras, y muchas otras cosas).
Debemos
sacar la mirada de las cosas del mundo, y ponerla en las cosas de arriba donde está Jesús.
Colosenses 3:1.
Si, pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Mateo 6:33.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Conclusión
Cuando enfrentamos dificultades, es muy fácil que el desaliento tenga
cavidad en nuestras vidas, lo cual nos puede desorientar de la meta. Pero
debemos
tener presente que no estamos solos, tenemos la ayuda de Dios.
Tenemos muchos hermanos y hermanas en la fe, que han logrado vencer las
adversidades de forma constante y en circunstancias más difÃciles, de las
que nosotros estamos experimentando. Y esto ha sido porque
sus ojos siempre los tuvieron en Jesús, y no en el mundo, ni en los
demás.
Las pruebas
no son un castigo, al
contrario, son el
campo de adiestramiento que
Dios usa, para que
sus hijos alcancen una madures cristiana, desarrollar la paciencia y
confianza en Él.
Espero esto te haya sido de ayuda, y si por algún motivo tus ojos los
habÃa apartado de Jesús, es tiempo de que te enfoques en Él, para que
Dios siga tratando contigo, y te moldee conforme sea su voluntad.
DIOS TE BENDIGA
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