🔜 Daremos cuenta a Dios por nuestras palabras y promesas 💬

Nuestras palabras y promesas serán Juzgadas

Introducción: Muy a menudo con nuestras palabras herimos a las personas, incluyendo a nuestros seres queridos, y esto porque no medimos el alcance de nuestras palabras en lo que decimos y prometemos. Dios desea cambiar nuestra forma de ser, y esto incluye la forma en que nos expresamos. Cuando hablamos correctamente y con sabiduría, estamos testificando a Cristo.

 

Este artículo está enfocado en la cita de Eclesiastés 5:1-7. Así que, te invito a que lo leas.

Los seres humanos, en su gran mayoría, tiene una tendencia de hacer, decir o prometer cosas por impulso sin tener presente las consecuencias que pueden venir, o lo que tiene que hacer para cumplir lo que prometió.

 

Cuidado con lo que prometes

Es importante tener cuidado con lo que prometemos, primeramente:

Delante de Dios

En el versículo 1 del Capítulo 5 de Eclesiastés, podemos leer como Dios nos advierte que antes de ofrecerle algo como sacrificio, en nuestro caso hacerle una promesa. Dios nos dice que primero lo escuchemos, Él busca que primero sepamos qué es lo que Él quiere y busca de nosotros (y eso lo encontramos en su palabra).

Pero, en ocasiones por el afán y la desesperación de salir de un proceso, una prueba, conseguir una pareja, mejorar nuestra economía, salir de algún pecado, etc. Venimos delante de la presencia de Dios, y empezamos a prometerle cosas a Dios, que nunca le cumplimos, y Dios se toma muy enserio lo que prometemos. El afán no nos puede llevar a prometer cosas que no podamos cumplir, y esto también aplica delante de los hombres.

           

Delante de los hombres

Como cristianos, seguidores de Cristo, es también de suma importancia; que nos cuidemos de prometerle algo a alguna persona, y que no lo cumplamos, porque esto es dar mal testimonio del evangelio, y avergonzar a Cristo delante de los hombres, porque la palabra de Dios dice en: 2 Corintios 5:17De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

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Así que, si cuando estábamos en el mundo, teníamos la costumbre de prometer y no cumplir, ahora que estamos en Cristo, debemos dejar aquella costumbre. Por eso ahora lo que prometemos debemos cumplirlo, primeramente, a Dios y segundo a los hombres, (esto incluye a los hermanos y hermanas de la fe). En los versículos 3 y 4. Dios nos da a entender; que debemos evaluar bien lo que estamos prometiendo. Que sea algo que podamos cumplir.

Por ende, si sabes que no serás capaz de cumplir una promesa, no la hagas, y evita comprometerte. Y así te guardas de que Dios se enoje contigo, por no cumplirle una promesa o de dar mal testimonio del evangelio de Cristo. Como lo dice el versículo 5: “Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas”.

Continuando con los versículos 6 y 7 de la cita de Eclesiastés, en unión con la cita de Mateo 12:36-37, nos dice que:

 

Daremos cuenta por nuestras palabras

Este es el motivo por el cual Dios busca cambiar aun nuestra forma de hablar, porque sabe que por nuestras palabras seremos juzgados o justificados. Entonces, nosotros como cristianos, conocedores de esta verdad, debemos esforzarnos y ser muy cuidadosos con las palabras que decimos.

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En ocasiones, ni tenemos cuidado de lo que decimos delante de Dios, a veces en nuestras oraciones, lo único que hacemos es quejarnos delante de Dios, y aun cuestionarlo por las pruebas que vivimos, o las situaciones difíciles por las que pasamos. Pero son cosas por las cuales Jesús dijo que pasaríamos.

En lugar de quejarnos, es mejor hacer oración glorificando y exaltando a Dios. Sé que a veces las pruebas nos turban y nos es difícil glorificar a Dios, lo digo por mis propias experiencias, y por mis propias experiencias, les puedo decir que siempre me ha ido mejor, cuando en lugar de quejarme, confío y glorifico a Dios, y le doy gracias aun por la prueba que estoy viviendo. Al hacer eso, estoy guardando mis palabras delante de Dios.

Y así como guardo mis palabras delante de Dios, las debo guardar delante de los hombres, la Biblia me dice en: Efesios:4:29. “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”.

Ser cuidadoso al hablar delante de los hombres es muy importante, porque con solo mi forma de hablar, puedo dar testimonio de Cristo y su evangelio. Y también, con solo mi forma de hablar y las palabras que use mientras hablo, puedo dar mal testimonio del evangelio de Cristo.

Como cristianos somos carta leída, por tanto, si queremos vivir dando un buen testimonio del evangelio de Cristo, debemos ser cuidadosos y discernir lo que vamos a decir. Para que los que escuchen quieran de lo que nosotros tenemos. A Cristo Jesús.

Conclusión: Es de suma importancia aprender a controlar nuestra forma de hablar, porque como dice la Biblia, por nuestras palabras rendiremos cuenta a Dios. Así que, si lo que vamos a decir, no servirá de edificación, es mejor quedarnos callados. Debemos tener presente que, si dejamos que Dios guie nuestras palabras, el traerá sabiduría, para que sepamos expresarnos, porque con nuestras palabras edificamos o destruimos.

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DIOS TE BENDIGA

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