Muévete para que Dios trabaje

MUÉVETE PARA QUE DIOS TRABAJE

Hola, Dios te bendiga grandemente, espero te encuentres muy bien y bendecido, también deseo que este artículo titulado muévete para que Dios trabaje, te sea de gran ayuda

¿Por qué no recibes lo que le pides a Dios?

¿Alguna vez le has pedido algo a Dios, y ya pasado tiempo considerable en el cual crees que ya debía haber sucedido eso que pediste? Pero resulta que por más que pasa el tiempo no recibes nada, si te ha sucedido o te está sucediendo esto, las preguntas son:

  • 1 ¿Te estás moviendo de acuerdo a lo que quieres?
  • 2 ¿Estás en obediencia con Dios?
  • 3 ¿Vives una vida en santidad?

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Estas pueden ser una de las causas por la que aún no recibes lo que estás pidiendo. Otro aspecto puede ser que lo que quieres, aún no está establecido por Dios, dártelo. Pero este artículo vamos a hablar de las cosas que no recibimos por no movernos conforme a la voluntad de Dios. Por no buscar, por no esforzarnos y no permanecer.

Para este artículo usaré la cita de Jeremías 18:1-6, en esta cita encontramos que Dios le habla a Jeremías que descienda a casa del alfarero para oír su palabra, y una vez Jeremías llega a casa del alfarero Dios le hace entender que tenía hacer el pueblo de Israel para que Dios los restaurara y los transformara, y era que debían estar en manos de Jehová como barro, para que Dios pudiera hacer lo quería hacer con ellos. Leer Jeremías 18:1-6

Como el título de este artículo es “Muévete para que Dios trabaje”, en esto me centraré.

Entonces, en esta cita vemos que el pueblo de Israel no estaba andando conforme Dios quería que anduvieran, por ende, Dios no podía hacer con Israel lo que deseaba hacer, Israel se había empezado a perder porque no hacía la voluntad de Dios, porque no se movía como Dios quería, porque no tenía la contextura que Dios quería que tuviera, así como en el versículo 4 de Jeremías 18 el barro que tenía el alfarero en su mano se empezó a perder, ¿Por qué? Porque no tenía las propiedades que se necesitaban para hacer la vasija que quería hacer.

Ahora bien, hermano(a) en Cristo, si tú deseas que Dios transforme tu vida o que haga un milagro en ti, en tu casa, en tu familia, primero debes estar en las manos de Dios como barro dispuesto a ser transformado, sin importar las circunstancias, el dolor o las pruebas por las que tendrás que pasar, debes estar a total disposición de Dios, y en constante movimiento, porque esa es la clave para lograr cosas grandes con Dios, estando en movimiento.

 

¿Por qué en movimiento?

Regresando al ejemplo del alfarero, la única manera que el alfarero puede darle forma al barro y moldearlo conforme él quiere es; que el barro se esté moviendo, en la dirección correcta, a la velocidad correcta, si el barro no se mueve de esta manera el alfarero no podrá hacer lo que deseas, si el barro no se mueve nunca cambiará su forma. Así pasa con nosotros, si no nos estamos moviendo como Dios quiere (buscando su presencia, leyendo su palabra, en oración, ayuno, santidad, etc.) 

Dios no podrá hacer nada en nuestras vidas, porque la presencia de Dios en nuestras vidas, dependerá de que tanto lo busquemos. Ahora, si necesitamos otras cosas como una casa, carro, moto, pareja, dinero, etc. para conseguir estas cosas con Dios, también se debe pagar un precio por ellas, y es siendo obedientes a Dios, luchar y esforzarnos por eso que queremos, pero siempre de rodillas pidiéndoselo a Dios y esperando en él.


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¡Hagamos nuestra parte!

Las cosas con Dios, no es como muchos creen y dicen; esperemos a ver qué pasa, o que sea lo que Dios quiera. Con Dios no es así, si no nos movemos y luchamos por lo que queremos, no tendremos nada; porque a veces Dios ya tiene las cosas listas para que solo nos movamos y las tomemos; pero si no nos esforzamos, ni nos movemos para tomar eso que ya está listo las perderemos.

Si no nos movemos conforme la dirección de Dios y no llevamos esa vida, la cual Dios quiere que llevemos, que es en Santidad, en comunión con Él y en obediencia y en paz con los demás, no veremos el propósito para con nosotros, ni nos dará todas las cosas que ya tiene preparada para dárnoslas.

Hay cosas en esta vida que no solo dependen de Dios, nosotros debemos hacer nuestra parte, para que Dios haga la de Él.

Así que mi querido hermano(a), el propósito de este artículo es, para que nos examinemos y miremos, si estamos en manos de Dios como barros dispuestos a ser moldeados conforme a su voluntad, dispuestos a luchar contra lo que tengamos que luchar para permanecer en obediencia. Si deseamos un cambio en nuestras vidas, un milagro, una bendición, primero debemos ser barros en las manos de Jehová, y en constante movimiento.

 

No todo depende de Dios

NO TODO EN LA VIDA DEPENDE SOLO DE DIOS, NOSOTROS DEBEMOS HACER NUESTRA PARTE, PARA QUE DIOS HAGA LA DE ÉL.

Hermano(a) si este artículo te fue de ayuda, no olvides dejar tu comentario al respecto, y compartir este artículo, con algún hermano(a) en Cristo que también le puede ser de gran ayuda.

DIOS TE BENDIGA

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