Introducción
Buenos predicando pero, malos aplicando
Nosotros tenemos por sobrenombre “cristianos” nos apoyamos en la palabra de Dios y conocemos su voluntad. A veces creemos que por ser “cristianos” somos dignos o estamos capacitados para decirle a los demás que está bien y que está mal, que se puede hacer y que no se puede hacer.
Al ser cristianos muchos nos volvemos buenos predicadores, pero malos hacedores. Y Santiago 1:22 nos dice que debemos ser ambas y que no debemos engañarnos a nosotros mismos. Leer Santiago 1:22
Somos buenos diciéndole al otro; “odiar está mal”, “tenerle rencor o resentimiento es malo” “murmurar de alguien a Dios no le agrada”, “la mentira es del diablo”. Somos buenos diciendo todo eso, pero nosotros mentimos, nos cae mal el hermano(a), hablamos a espaldas de los demás. Y ¿Qué estamos siendo cuando predicamos y no aplicamos? Sí, estamos siendo hipócritas, y ningún hipócrita heredará el Reino de Dios.
Porque, así como Jesús trató de hipócritas en repetidas ocasiones a los escribas y fariseos, mientras tú predicas, pero no aplicas, también te estará diciendo hipócrita, hipócrita, hipócrita.
- Antes de predicarle alguien, prediquémonos nosotros.
- Antes de decir que se debe hacer esto o aquello, hagámoslo nosotros.
- Antes de decir deja de hacer esto, dejemos de hacerlo nosotros.
Si vamos a orar por alguien, primero examinémonos para saber si nuestra vida está bien con Dios y nuestra oración será escuchada.
En esto se conoce la hipocresía en su máximo esplendor “orar por la salvación de alguien, cuando el que ora, aun ni es salvo” ¿es ser hipócrita en su máximo esplendor o no?
Y ¿Por qué sucede esto? Cuando creemos que por tan solo tener el título de “cristianos”, leer la Biblia entre días o todos los días de 10 a 15 minutos y asistir al templo cada vez que haya culto, ya seremos salvos y no debemos hacer nada más.
Si por alguna razón tú que lees esto, piensas así, déjame decirte que estás totalmente equivocado. Y si no le entregas tu vida por completo a Dios y estás a cuenta con él, el infierno será tu prisión eterna.
El evangelio no es una religión
Conclusión
Para concluir regresando a la cita de romanos en los últimos dos capítulos: Leer romanos 2:24-25
Como dice el versículo 24, el nombre de Dios es blasfemado en el mundo por culpa de aquellos que se hacen llamar “cristianos” y llevan una vida como les da gana, haciendo lo mismo que hacían antes de llegar al evangelio. Pero como dice el versículo 25, que de nada les aprovechará ser “cristianos” si no cumplen la palabra de Dios.
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Dios te bendiga, y espero y deseo que este corto artículo te haya sido de ayuda. Te invito a que lo compartas con tus amigos y sepan que tan solo decir y no hacer no sirve de nada.