Los dones del Espíritu Santo | Santidad y Comunión

INTRODUCCIÓN Los dones del Espíritu Santo son habilidades sobrenaturales que Dios regala a sus hijos para la edificación de su iglesia. Aquellos dones debemos usarlos para bendecirnos los unos a los otros y así construir juntos una iglesia fuerte que honra a Dios.  Cada cristiano tiene por lo menos un don y el Espíritu Santo reparte los dones según quiere. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien distribuye a cada uno según él lo determina (1 Corintios 12:11). A pesar de que cada cristiano tiene por lo menos un don, la Biblia nos dice también que podemos anhelar otros dones y nos anima a pedirlos (1 Corintios 12:31).     DON DE SABIDURÍA En griego: logos – sofías – palabra de sabiduría.  Se debemos tener en cuenta que son dones para casos especiales. Para momentos precisos. Donde se necesita de la sabiduría divina, no humana. De la palabra “carisma” en el griego, caris se traduce “gracia” en el Nuevo Testamento. Los dones que se reciben por la gracia de Dios.  Un gran ejemplo es el de Salomón, que pidió Sabiduría a Dios, y por su buena elección Dios se la concedió. En otros ejemplos tenemos a José y Daniel que interpretaron sueños.  En la actualidad, el propósito de este don es; para que en momento de determinadas situaciones difíciles se tenga una palabra precisa para la persona la cual está pasando algo en particular.  Es de suma importancia para la consejería pastoral y de todo ministerio que trate con las necesidades de la gente. Porque el Espíritu Santo usará personas con este don para llenar las necesidades de otras personas y guiarlas con mayor seguridad cuando esto es necesario. Es un don de revelación sobrenatural.  DON DE PALABRA DE CIENCIA En griego: logos – gnoseos – palabras sabias.  Sin duda este don está íntimamente ligado al don de sabiduría, y en muchas ocasiones al don profecía, porque la palabra de ciencia es una revelación espiritual para una situación determinada.  Un ejemplo, en un culto hay una persona que está pasando por una situación en particular, y el predicador tiene el don de ciencia al el cual Espíritu Santo le revela lo que está sucediendo con aquella persona. También el Espíritu puede revelarle que espíritus malignos están atormentan a una persona, y así de esa manera poder ministrar de manera correcta.  DON DE FE Es la fe en un grado extraordinario cuando hablamos de la fe como don refiere a la fe cuando es impartida en conformidad a la voluntad de Dios. No estamos hablando aquí de la fe que todo cristiano tiene.  Hablamos de la fe como don espiritual (recuerde el significado de la palabra carisma, como ya vimos) que solo algunos reciben para aplicar a su vez en situaciones específicas.  El don de fe, es impartido de manera especial, por ejemplo, Dios me imparte fe para orar por la sanidad de una persona como hizo Pedro con el paralítico que pedía limosna en la puerta del templo La Hermosa. El Espíritu Santo le impartió fe y el dio la orden con total convicción.  En el Nuevo Testamento, la fe se nos presenta como “don de Dios” y como “fruto del Espíritu”. Es algo que proviene directamente de la gracia de Dios, no es “mi fe” sino “la fe de Dios” que me es aplicada de una manera sobrenatural. Por eso es un don (regalo) que no se puede conseguir con ninguna clase de esfuerzo humano religioso o intelectual. Por ello nuestro Señor Jesucristo es el “Autor y Consumador de la fe.” En el caso del don, es más que simplemente creer. Es recibir de Dios la confirmación sobrenatural en nuestro corazón para hacer cosas que humanamente jamás nos atreveríamos a intentarlas.  “La fe es un don de Dios. Uno no la posee para utilizarla a voluntad, sino para el propósito para el cual Él la da y permite que uno la tenga. El nos da la fe necesaria para todas las cosas que están en conformidad con su bendita voluntad.  Esa fe primero es dada y luego crece como un fruto del Espíritu. y con respecto a la fe que mueve montañas, que vence las enfermedades y destruye todas las barreras con milagroso poder, aún sostengo que tal fe es posible sólo cuando es impartida y eso cuando está en conformidad con la voluntad del Salvador.  DON DE SANIDAD Dios en general puede usar a cualquier cristiano para sanar a los enfermos en el nombre de Jesús, lo cierto es que Él les da a ciertas personas un ministerio especial de orar por los enfermos.  La Biblia no dice que a algunos hombres les fue dado “don de sanidad” esto no quiere decir que por todas las personas que se ora serán sanadas. Esto quiere decir que estas personas tendrán muchísimo más éxito cuando oran por los enfermos.  El don no depende de la fe de quien está enfermo, así como no todas las enfermedades vienen por causa de un pecado. Claro, hay ocasiones en las que hay enfermedades con un origen espiritual, como vemos en (Mateo 9:2), pero no es una regla.  DON DE HACER MILAGROS Estos milagros son las “señales” que dijo Jesús “seguirían a los que creen.” (Marcos 16:17-18).  En griego quiere decir literalmente “operación poderosa o sobrenatural.” Realizado delante de la gente incrédula, son señales poderosas que quebrantan a los corazones paganos ante la evidencia del poder de Dios. Tal era el método de predicación seguido por apóstoles y Pablo mismo: “con demostración del Espíritu y de poder…” 1 Corintios 2:4-5.  Así aún hoy en día algunos discípulos tienen “el don” de lograr lo que es imposible para otros.  DON DE PROFECÍA Usamos esta palabra para designar comunicaciones que se presentan como mensajes explícitos de parte del Señor. Suelen estar formuladas en primera persona, por ejemplo: “Hijos míos, no tengan temor; Yo estoy con vosotros.”  “El que profetiza habla a los hombres para EDIFICACIÓN, EXHORTACIÓN Y CONSOLACIÓN.” 1 Corintios 14:3.  “El que profetiza EDIFICA a la iglesia.” 1 Corintios 14: 4.  Estas tres palabras describen de una manera muy clara los rasgos de la verdadera profecía. Si no tiene como propósito edificar, exhortar y consolar a la iglesia, ya sea de manera personal o colectiva, tal profecía no es más que una parodia, y no debe ser tenida en cuenta. Lo que se olvida con demasiada frecuencia es que la profecía siempre se ejerce en un espíritu de amor. Y el amor no hace daño al prójimo, así que… ¡mucho menos a la iglesia!.  DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS “El discernimiento presupone una vida de la iglesia que está llena de poderes sobrenaturales y manifestaciones de la presencia de Dios. La misma riqueza de la actividad divina hace surgir a la superficie las fuerzas del mal, y es también un campo para actividad religiosa desviada.  El discernimiento… es la capacidad de penetrar a través de las apariencias externas para descubrir en el fondo si el origen de una moción es Dios, el hombre con sus impulsos naturales, o el mal.”  Tenemos aquí un concepto general de lo que es discernimiento y una clara acentuación de su necesidad. Por supuesto, que en un ambiente de indiferencia espiritual nadie se interesa en discernir el origen divino, humano o demoníaco de las motivaciones que hacen al ejercicio de los dones espirituales en el seno de la iglesia. Pero el cristiano verdaderamente entregado a su Señor le importa mucho precaverse del engaño y percibir con gozo cuando “es el Señor.” (Juan 21:7).  Pablo nos exhorta: “Examinadlo todo, retened lo bueno.” (1 Tesalonicenses 5:21) y da criterios de discernimiento en varios de sus escritos. Por ejemplo, puede leer: 1 Corintios 13:1-2; 12: 2,3; Gal 5:16-26 entre otros. También señala el discernimiento de espíritus, como uno de los dones (carismas) necesarios para el bien de la iglesia, (1 Corintios 12:10). Lo mismo hace Juan cuando expresa sus recomendaciones tales como: “…no creáis a todo espíritu… Probad los espíritus si son de Dios.” Y continúa describiendo elementos para que la iglesia discierna el espíritu del anticristo que sutilmente se disfraza para entrar a la iglesia (1 Juan 4:1-3).  DON DE LENGUAS El don de lenguas es un carisma del Espíritu Santo por el que Dios nos da el don de hablar en lenguas que no comprendemos, para alabarle inefablemente o para interceder adecuadamente por una persona. Es un don que uno no ejerce si no quiere. Aparece ampliamente atestiguado en la Tradición de la Iglesia. Puede ir acompañado del carisma de interpretación de lenguas.  Relación entre don de lenguas y bautismo en el Espíritu Santo.  Hechos 8:17; 10:45,46; 19:1-7.  Para los cristianos primitivos, la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo era crucial. Luego de esta experiencia en el Espíritu ya no dudaban de su nuevo nacimiento era una experiencia carismática (gracia, favor, etc.) que se expresaba con un gozo intenso, alabanza a Dios, hablar en lenguas, percepción interior del Espíritu que ora en nosotros, que santifica, que capacita con el derramamiento de los dones espirituales (Carismas según 1 Corintios 12:7-10), que nos da una garantía o arras de la felicidad eterna.  En los Hechos de los Apóstoles se habla de varias ocasiones en que descendió el Espíritu Santo. En tres de ellas se dice expresamente que los presentes hablaron en lenguas (Hechos 2:4; 10:44-46; 19:6)  Es importante notar entonces, que hay una relación estrecha entre la oración en lenguas y la experiencia espiritual llamada comúnmente “bautismo en el Espíritu Santo”.  DON DE INTERPRETACIÓN DE LENGUAS 1 Corintios 12:10.  La frase “interpretación de lenguas” viene del griego “hermeneía glusson”. La nueva Biblia española dice: “traducirlas”.  Este don le da a la persona que lo posee, la habilidad de poder traducir el mensaje divino que Dios quiere comunicar a su iglesia a través de alguien que tenga el don de lenguas. Este es un don de revelación sobrenatural.  En 1 Corintios 14, encontramos que este don funciona en combinación con el don de lenguas. También suele funcionar estrechamente asociado con los dones de palabra de sabiduría y palabra de ciencia.  Es notable que en 1 Corintios 14 Pablo dedica 40 versículos a los dones de hablar en lenguas, interpretación de lenguas y profecía. Por ello no es de asombrar que en éstas caiga el mayor abuso carismático en el uso del don.  En una reunión del don de lenguas puede funcionar simultáneamente con el de interpretación de lenguas.  También puede la persona hablar en lenguas, y luego ella misma interpretarla.  Siempre debe darse tiempo al don de interpretación. Si el Espíritu Santo ha inspirado a alguien para que hable en lenguas hará lo mismo con otro para que las interprete.  En otras ocasiones, puede darse que una persona hable en lenguas y más de dos traigan interpretación.  En cuanto al abuso del don, algunos caen en un hábito de interpretación reiterativo poco aconsejable y que debe corregirse con buena enseñanza.  Otra manera de abusar del don es cuando se hace una interpretación confusa, conflictiva y personal. El consejo es siempre el mismo, enseñar y corregir en amor. Pues este tipo de situaciones suelen darse en reuniones clandestinas o no autorizadas, en donde el pastor o los líderes no están presentes.  A veces hay creyentes mal intencionados que aprovechan de su ausencia para proclamar sus diferencias y desacuerdos, haciendo interpretaciones difamatorias o contrarias a la enseñanza pastoral. Así en vez de unir, dividen la obra del Señor.  Si este artículo te ha sido de ayuda, no dudes en compartirlo y dejar tu comentario.  DIOS TE BENDIGA

Dones del Espíritu Santo

Los dones del Espíritu Santo son habilidades sobrenaturales que Dios regala a sus hijos para la edificación de su iglesia. Aquellos dones debemos usarlos para bendecirnos los unos a los otros y así construir juntos una iglesia fuerte que honra a Dios.

Cada cristiano tiene por lo menos un don y el Espíritu Santo reparte los dones según quiere. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien distribuye a cada uno según él lo determina (1 Corintios 12:11). A pesar de que cada cristiano tiene por lo menos un don, la Biblia nos dice también que podemos anhelar otros dones y nos anima a pedirlos (1 Corintios 12:31).

 

Don de Sanbiduría

En griego: logos – sofías – palabra de sabiduría.

Se debemos tener en cuenta que son dones para casos especiales. Para momentos precisos. Donde se necesita de la sabiduría divina, no humana. De la palabra “carisma” en el griego, caris se traduce “gracia” en el Nuevo Testamento. Los dones que se reciben por la gracia de Dios.

Un gran ejemplo es el de Salomón, que pidió Sabiduría a Dios, y por su buena elección Dios se la concedió. En otros ejemplos tenemos a José y Daniel que interpretaron sueños.

En la actualidad, el propósito de este don es; para que en momento de determinadas situaciones difíciles se tenga una palabra precisa para la persona la cual está pasando algo en particular.

Es de suma importancia para la consejería pastoral y de todo ministerio que trate con las necesidades de la gente. Porque el Espíritu Santo usará personas con este don para llenar las necesidades de otras personas y guiarlas con mayor seguridad cuando esto es necesario. Es un don de revelación sobrenatural.

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Don de palabra de Ciencia

En griego: logos – gnoseos – palabras sabias.

Sin duda este don está íntimamente ligado al don de sabiduría, y en muchas ocasiones al don profecía, porque la palabra de ciencia es una revelación espiritual para una situación determinada.

Un ejemplo, en un culto hay una persona que está pasando por una situación en particular, y el predicador tiene el don de ciencia al el cual Espíritu Santo le revela lo que está sucediendo con aquella persona. También el Espíritu puede revelarle que espíritus malignos están atormentan a una persona, y así de esa manera poder ministrar de manera correcta.

Don de Fe

Es la fe en un grado extraordinario cuando hablamos de la fe como don refiere a la fe cuando es impartida en conformidad a la voluntad de Dios. No estamos hablando aquí de la fe que todo cristiano tiene.

Hablamos de la fe como don espiritual (recuerde el significado de la palabra carisma, como ya vimos) que solo algunos reciben para aplicar a su vez en situaciones específicas.

El don de fe, es impartido de manera especial, por ejemplo, Dios me imparte fe para orar por la sanidad de una persona como hizo Pedro con el paralítico que pedía limosna en la puerta del templo La Hermosa. El Espíritu Santo le impartió fe y el dio la orden con total convicción.

En el Nuevo Testamento, la fe se nos presenta como “don de Dios” y como “fruto del Espíritu”. Es algo que proviene directamente de la gracia de Dios, no es “mi fe” sino “la fe de Dios” que me es aplicada de una manera sobrenatural. Por eso es un don (regalo) que no se puede conseguir con ninguna clase de esfuerzo humano religioso o intelectual. Por ello nuestro Señor Jesucristo es el “Autor y Consumador de la fe.” En el caso del don, es más que simplemente creer. Es recibir de Dios la confirmación sobrenatural en nuestro corazón para hacer cosas que humanamente jamás nos atreveríamos a intentarlas.

“La fe es un don de Dios. Uno no la posee para utilizarla a voluntad, sino para el propósito para el cual Él la da y permite que uno la tenga. El nos da la fe necesaria para todas las cosas que están en conformidad con su bendita voluntad.

Esa fe primero es dada y luego crece como un fruto del Espíritu. y con respecto a la fe que mueve montañas, que vence las enfermedades y destruye todas las barreras con milagroso poder, aún sostengo que tal fe es posible sólo cuando es impartida y eso cuando está en conformidad con la voluntad del Salvador.

Don de Sanidad

Dios en general puede usar a cualquier cristiano para sanar a los enfermos en el nombre de Jesús, lo cierto es que Él les da a ciertas personas un ministerio especial de orar por los enfermos.

La Biblia no dice que a algunos hombres les fue dado “don de sanidad” esto no quiere decir que por todas las personas que se ora serán sanadas. Esto quiere decir que estas personas tendrán muchísimo más éxito cuando oran por los enfermos.

El don no depende de la fe de quien está enfermo, así como no todas las enfermedades vienen por causa de un pecado. Claro, hay ocasiones en las que hay enfermedades con un origen espiritual, como vemos en (Mateo 9:2), pero no es una regla.

Don de hacer Milagros

Estos milagros son las “señales” que dijo Jesús “seguirían a los que creen.” (Marcos 16:17-18).

En griego quiere decir literalmente “operación poderosa o sobrenatural.” Realizado delante de la gente incrédula, son señales poderosas que quebrantan a los corazones paganos ante la evidencia del poder de Dios. Tal era el método de predicación seguido por apóstoles y Pablo mismo: “con demostración del Espíritu y de poder…” 1 Corintios 2:4-5.

Así aún hoy en día algunos discípulos tienen “el don” de lograr lo que es imposible para otros.

Don de Pofesía

Usamos esta palabra para designar comunicaciones que se presentan como mensajes explícitos de parte del Señor. Suelen estar formuladas en primera persona, por ejemplo: “Hijos míos, no tengan temor; Yo estoy con vosotros.”

“El que profetiza habla a los hombres para EDIFICACIÓN, EXHORTACIÓN Y CONSOLACIÓN.” 1 Corintios 14:3.

“El que profetiza EDIFICA a la iglesia.” 1 Corintios 14: 4.

Estas tres palabras describen de una manera muy clara los rasgos de la verdadera profecía. Si no tiene como propósito edificar, exhortar y consolar a la iglesia, ya sea de manera personal o colectiva, tal profecía no es más que una parodia, y no debe ser tenida en cuenta. Lo que se olvida con demasiada frecuencia es que la profecía siempre se ejerce en un espíritu de amor. Y el amor no hace daño al prójimo, así que… ¡mucho menos a la iglesia!.

Don de discenimiento de espíritus

“El discernimiento presupone una vida de la iglesia que está llena de poderes sobrenaturales y manifestaciones de la presencia de Dios. La misma riqueza de la actividad divina hace surgir a la superficie las fuerzas del mal, y es también un campo para actividad religiosa desviada.

El discernimiento… es la capacidad de penetrar a través de las apariencias externas para descubrir en el fondo si el origen de una moción es Dios, el hombre con sus impulsos naturales, o el mal.”

Tenemos aquí un concepto general de lo que es discernimiento y una clara acentuación de su necesidad. Por supuesto, que en un ambiente de indiferencia espiritual nadie se interesa en discernir el origen divino, humano o demoníaco de las motivaciones que hacen al ejercicio de los dones espirituales en el seno de la iglesia. Pero el cristiano verdaderamente entregado a su Señor le importa mucho precaverse del engaño y percibir con gozo cuando “es el Señor.” (Juan 21:7).

Pablo nos exhorta: “Examinadlo todo, retened lo bueno.” (1 Tesalonicenses 5:21) y da criterios de discernimiento en varios de sus escritos. Por ejemplo, puede leer: 1 Corintios 13:1-2; 12: 2,3; Gal 5:16-26 entre otros. También señala el discernimiento de espíritus, como uno de los dones (carismas) necesarios para el bien de la iglesia, (1 Corintios 12:10). Lo mismo hace Juan cuando expresa sus recomendaciones tales como: “…no creáis a todo espíritu… Probad los espíritus si son de Dios.” Y continúa describiendo elementos para que la iglesia discierna el espíritu del anticristo que sutilmente se disfraza para entrar a la iglesia (1 Juan 4:1-3).

Don de Lenguas

El don de lenguas es un carisma del Espíritu Santo por el que Dios nos da el don de hablar en lenguas que no comprendemos, para alabarle inefablemente o para interceder adecuadamente por una persona. Es un don que uno no ejerce si no quiere. Aparece ampliamente atestiguado en la Tradición de la Iglesia. Puede ir acompañado del carisma de interpretación de lenguas.

Relación entre don de lenguas y bautismo en el Espíritu Santo.

Hechos 8:17; 10:45,46; 19:1-7.


Para los cristianos primitivos, la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo era crucial. Luego de esta experiencia en el Espíritu ya no dudaban de su nuevo nacimiento era una experiencia carismática (gracia, favor, etc.) que se expresaba con un gozo intenso, alabanza a Dios, hablar en lenguas, percepción interior del Espíritu que ora en nosotros, que santifica, que capacita con el derramamiento de los dones espirituales (Carismas según 1 Corintios 12:7-10), que nos da una garantía o arras de la felicidad eterna.

En los Hechos de los Apóstoles se habla de varias ocasiones en que descendió el Espíritu Santo. En tres de ellas se dice expresamente que los presentes hablaron en lenguas (Hechos 2:4; 10:44-46; 19:6)

Es importante notar entonces, que hay una relación estrecha entre la oración en lenguas y la experiencia espiritual llamada comúnmente “bautismo en el Espíritu Santo”.

Don de interpretación de Lenguas

1 Corintios 12:10.

La frase “interpretación de lenguas” viene del griego “hermeneía glusson”. La nueva Biblia española dice: “traducirlas”.

Este don le da a la persona que lo posee, la habilidad de poder traducir el mensaje divino que Dios quiere comunicar a su iglesia a través de alguien que tenga el don de lenguas. Este es un don de revelación sobrenatural.

En 1 Corintios 14, encontramos que este don funciona en combinación con el don de lenguas. También suele funcionar estrechamente asociado con los dones de palabra de sabiduría y palabra de ciencia.

Es notable que en 1 Corintios 14 Pablo dedica 40 versículos a los dones de hablar en lenguas, interpretación de lenguas y profecía. Por ello no es de asombrar que en éstas caiga el mayor abuso carismático en el uso del don.

En una reunión del don de lenguas puede funcionar simultáneamente con el de interpretación de lenguas.

También puede la persona hablar en lenguas, y luego ella misma interpretarla.

Siempre debe darse tiempo al don de interpretación. Si el Espíritu Santo ha inspirado a alguien para que hable en lenguas hará lo mismo con otro para que las interprete.

En otras ocasiones, puede darse que una persona hable en lenguas y más de dos traigan interpretación.

En cuanto al abuso del don, algunos caen en un hábito de interpretación reiterativo poco aconsejable y que debe corregirse con buena enseñanza.

Otra manera de abusar del don es cuando se hace una interpretación confusa, conflictiva y personal. El consejo es siempre el mismo, enseñar y corregir en amor. Pues este tipo de situaciones suelen darse en reuniones clandestinas o no autorizadas, en donde el pastor o los líderes no están presentes.

A veces hay creyentes mal intencionados que aprovechan de su ausencia para proclamar sus diferencias y desacuerdos, haciendo interpretaciones difamatorias o contrarias a la enseñanza pastoral. Así en vez de unir, dividen la obra del Señor.

Si este artículo te ha sido de ayuda, no dudes en compartirlo y dejar tu comentario.

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