👉Vive en libertad a través del Perdón

Vive en libertad a través de perdón 

La libertad del Perdón

Un rasgo distintivo en un cristiano es el perdón recibido de parte de Dios. El perdón de Dios es fundamental en la vida de todo cristiano, para así mantenerse centrado y sin cargas.

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Salmo 130:3-4

JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado.

 

Dios está más comprometido y dispuesto a perdonarnos, que nosotros a ser perdonados por Él. Porque creemos que no hay forma que Dios nos perdone cuando fallamos, y no vamos a Dios a buscar su perdón. Pensamos que Dios ya no nos ama, porque le fallamos, y eso no es así.

 

Dios te ama incondicionalmente y su perdón también es incondicional.

Así como Dios nos ama y nos perdona, Él también desea que sus hijos amen y perdonen, porque la falta de perdón provoca enfermedad e insomnio. No puedes dormir tranquilo(a); piensas y piensas y das mil vueltas en la cama. Piensas tanto que al final las cosas se agravan más, aquella ofensa que fue pequeña se vuelve enorme.

 

La Biblia nos enseña que la falta de perdón es carcoma de los huesos. Las personas que guardan resentimientos no tienen vitalidad, están siempre de mal humor y hasta deprimidas. Si aprendes a perdonar, vivirás sin cargas en tu corazón.

 

Miqueas 7:18

¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.

 

Cuando Dios nos perdona, sentimos un gran alivio. NUESTRA CUENTA QUEDA EN CERO. Dejamos de ser deudores. Dios se deleita en perdonar a todo aquel que se arrepiente.

 

Dios nos ha amado desde la eternidad, desde antes de fundar el mundo, Él ya nos amaba. Y gracias a ese amor, somos lo que somos, y tenemos lo que era imposible alcanzar, EL PERDÓN. Pero por amor eterno envió a Cristo en nuestro rescate.

 

La buena nueva de las Escrituras

La buena nueva de las Escrituras es; que Dios está dispuesto a perdonar a todo aquel que con corazón sincero confiesa su pecado.

La Biblia nos narra la historia de Manasés, uno de los reyes más malvados de Judá. Manasés había desechado las reformas de Ezequías y sirvió a dioses falsos con más celo de lo que lo habían hecho las naciones paganas; las cuales Dios había entregado a los israelitas (2 Crónicas 33:1-9).

 

Cuando los asirios capturaron a Manasés, en ese momento él se humilló ante Dios, y ¿Qué pasó? Dios lo perdonó.

 

Entonces ¿Si Dios perdonó a un rey pagano y malvado cuando se humilló? Ten la seguridad que también te perdonará a ti, cuando le confieses tus pecados y te arrepientas.


El confesar nuestros pecados y arrepentirnos de corazón son esenciales.

 

1 Juan 1:9

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Hebreos 10:17

Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.

 

¡Cuán maravilloso es Dios, no solo perdona nuestros pecados, sino que también se olvida de ellos para siempre!

 

El perdón entre los hombres

Cuando pensamos en el perdón entres los seres humanos, no podemos dejar de pensar, que debemos hacer algo para ganarnos el perdón. El hombre no perdona si no hay un motivo para hacerlo.

 

Pero vemos a Dios que, en su gracia, y amor, nos ha dado el perdón como un regalo. Sin merecerlo. Y este ejemplo que Dios nos dio, es el que debemos imitar. Debemos pedirle a Dios que nos ayude a perdonar sin esperar nada a cambio.

 

Aunque sientas que tu resentimiento es justificado, (porque te ofendieron, te hirieron, te hicieron daño). Por más que creas que son razones justificables, debemos perdonar. El no perdonar es malo para nuestro corazón.

 

Cuando el ser humano es ofendido, su actitud es de repudio. Y responde de la misma manera. Pero Dios no es así, sino que ha respondido con su gracia y amor.

 

Juan 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

El hombre no merecía ser salvado de su pecado y perdición a la cual estaba destinado. A pesar de eso, Dios no lo rechazó.

 

El perdón de Dios es independiente a la acción de la persona, el perdón de Dios acciona por amor a sí mismo. Y DIOS QUIERE QUE HAGAMOS CON LOS DEMÁS, LO QUE EL HIZO CON NOSOTROS.

 

Isaías 43:25

Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.

No debes esperar que la otra persona te ame primero, o te pida perdón primero. Si tú amas a Dios, y te amas a ti mismo, eso te llevará a amar y perdonar sin condición. Y no habrá nada que te quite la paz.

 

Efesios 4:31,32

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Una de las parábolas que Jesús usó para mostrar la magnitud del perdón de Dios ante nuestra deuda con Él, que era impagable, fue la parábola de los dos deudores.

 

En esta parábola se narra como uno de los siervos del rey le debía 10.000 talentos, (34 millones de dólares aproximadamente) y este siervo no tenía como pagarle esa deuda a su rey, al ver el rey esta situación decidió perdonarle esa deuda.

Así de grande era nuestra deuda con Dios, y como no podíamos pagarla, Él se encargó de perdonar nuestra deuda a través de la sangre de Cristo. En la sangre de Cristo fueron cubiertos todos nuestros pecados y rebeliones contra Dios.

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Al Dios conocer nuestra situación, actuó como lo hizo este rey, perdonando nuestra deuda, porque sabía, que nada de lo que hiciéramos serviría para perdonar nuestros pecados.

Cuando Dios envió a Cristo a este mundo, NO lo envió a decir (vengo a cobrar la deuda), sino que lo envió con buenas noticias, a decirle a la humanidad (he venido a perdonar la deuda de todos), Yo la pagaré por ustedes.

 

Una de las cosas que le agrada a Dios es, que reconozcamos que necesitamos de su gracia y su perdón. La sangre de Jesús es tan abundante, que hay salvación para todo aquel que se acerca a Él con un corazón quebrantado.

El recibir el perdón de los pecados, ya no depende de Dios, él dejó la puerta abierta, depende de ti si entras o no.

 

ESPERO ESTE MENSAJE TE HAYA SIDO DE GRAN EDIFICACIÓN A TU VIDA. Y SI FUE ASÍ, NO OLVIDES COMPARTIR EL MENSAJE CON TUS HERMANOS EN LA FE.

 

DIOS TE BENDIGA


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