Perseverando hasta que llegue la recompensa

La recompensa viene después del esfuerzo y la perseverancia


Perseverar hasta obtener la recompensa

Dios te bendiga con grandes bendiciones. En esta oportunidad quiero compartir contigo esta palabra, la cual tiene como enfoque a Cornelio, aquel hombre romano, centurión que pertenecía a la guardia, la Italiana, aquel hombre se encontraba en Cesárea.


Persevera y obtendrás resultados

La historia completa de Cornelio la encontramos en el capítulo 10 de Hechos, pero para esta palabra me centraré en los primeros 8 versículos, donde nos dice que Cornelio era un hombre piadoso y temeroso de Dios, él y toda su casa, también, en aquellos 8 primeros versículos nos dice que él daba muchas limosnas al pueblo y que oraba a Dios siempre y a causa de su perseverancia Dios escuchó sus oraciones, y le envió respuesta. En el verso 8 vemos como Cornelio fue obediente a las instrucciones que le dio el ángel.

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Ahora bien, sabemos quién era Cornelio, él era romano, el cual había conocido a Dios, y se había entregado a él, pero no solo él, sino también toda su familia. Y esto debido a que Cornelio oraba por su familia, él oraba de día y de noche, ósea, sin cesar. A pesar de que Cornelio oraba y no tenía respuesta, él no dejaba de orar, no dejaba de buscar, no dejaba de creer, él permanecía; y, ¿Por qué Cornelio, a pesar de que no tenía respuesta, seguía esperando en Dios? Porque había conocido realmente a Dios, sabía en quién había confiado, por eso perseveraba así no tuviera respuesta.

Pero, ¿Qué sucede hoy en día con montones de cristianos?, no se esfuerzan, ni perseveran, así quieren bendiciones, quieren lograr grandes cosas y gozar de una buena vida espiritual cuando no pagan un precio. Y bíblicamente nos damos cuenta de que Dios no bendice ni prospera a nadie que no se esfuerce. En la Biblia, podemos encontrar a grandes hombres que para lograr lo que lograron o convertirse en los hombres que fueron, tuvieron que pagar un precio y esforzarse, tenemos a Abraham, José, Moisés, Josué, David, Elías, Job, Jeremías, etc. Y en las escrituras podemos claramente apreciar, que fueron hombres que se esforzaron y perseveraron creyendo que Dios tenía y sigue teniendo el control.


Y nosotros como iglesia no nos queremos esforzar, sabiendo que para lograr algo con Dios, SI o SI tenemos que pagar un precio, no pasamos intimidad con Dios, no buscamos de su conocimiento y sabiduría, (pero si nos gustaría caminar en el Espíritu y llevar una vida agradable a Dios) y es por esta razón que cualquier viento de tribulación está haciendo que muchos cristianos desistan de la fe, y regresen atrás. ¿Por qué? Porque no oran, no ayunan, y no tienen intimidad con Dios.

Como cristianos debemos ser como el bambú japonés, esta famosa planta pasa siete años de su vida solo echando raíces, llevándolas lo más profundo posible, y después de esos siete años, en tan solo dos semanas crece más de treinta metros, y esta planta es una de las pocas que a comparación de otras plantas y árboles permanece en pie, después de terremotos, huracanes, y tornados, porque paso gran parte de su vida, haciendo crecer sus raíces llevándolas a lo más profundo, para obtener los mejores nutrientes y mantenerse firme ante las adversidades. Y como esta planta debemos ser los cristianos, debemos pasar mucho tiempo a solas con Dios, en intimidad con él; en la lectura de su palabra, oración y ayuno.

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No importa cuanto tiempo demore

No importa si en uno, dos, tres meses o en un año no veamos resultados, debemos seguir buscando y esperando en Dios, para que cuando llegue el momento de crecer, nada nos detenga, opóngase quien se oponga, nuestro crecimiento seguirá en aumento, aunque todo el infierno se levante contra ti, tú le dirás "diablo, recoge tus maletas que te vas, porque la hora de mi crecimiento ha llegado y tú ni nadie me van a detener, porque yo ya pague un precio por lo que estoy logrando". Y lo podrás decir con autoridad, porque Dios te dará esa autoridad. Porque lo primero que tenías que hacer lo hiciste, y era buscarlo a él, y llenarte de él.

Para terminar, en ocasiones pasamos por pruebas que vemos imposibles de superar, y creemos que Dios se ha olvidado de nosotros, pero lo que ignoramos es; que esa prueba pudo haber sido permitida por Dios, para formar nuestro carácter y tratar con nosotros, y por medio de esa prueba traer mejores bendiciones, y ponernos en mejores posiciones como lo hizo con Job. Por eso las pruebas nos son para que nos lamentemos y lloremos, al contrario, como dice la palabra que debemos gloriarnos en nuestras tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia. Romanos 5:3. Otras citas que hablan de alegrarnos y gloriarnos en nuestras tribulaciones o pruebas: Romanos 12:12, Habacuc 3:17-18, Mateo 5:12, Lucas 6:23, etc.

Por esto, mi querido hermano y hermana, te quiero animar en el nombre de nuestro salvador Jesucristo, a que te esfuerces y perseveres hasta que llegue tu recompensa, que no desmayes ni te desanimes en las pruebas porque Dios tiene cuidado de ti. Levántate y lucha, porque el Reino de los cielos sufre violencia, y solo los violentos lo arrebatan. ¿Eres tú uno de esos violentos en oración, en palabra y ayuno, que no permitirás que nadie quite tu corona? Si tu respuesta es un SÍ, entonces prepárate y cíñete la armadura, porque vendrán más batallas, las cuales debes pelear, sabiendo que Dios es tu escudo, y él te va a defender.

 

DIOS TE BENDIGA

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