Cuando el apóstol Pablo escribió la carta a los Efesios, en ella les da las instrucciones de cómo andar sabiamente. Aquella instrucción de Pablo a los Efesios la podemos dividir en tres. Leer: Efesios 5.15-17
Andar con diligencia
Este es lo primero que Pablo aconseja a los Efesios: Mira, pues, con diligencia cómo andéis. Conociendo el mundo en el que vivimos, lleno de pecado y maldad, debemos estar atentos a como actuamos, pensamos, hablamos y lo que miramos. Porque con tantas cosas que hay puede ser muy fácil enredarse con el pecado y sin siquiera saberlo. Por esta razón Pablo aconseja a que seamos diligentes en como andamos (Ef 5.15).
Te recomendamos leer: La salvación es una bendición continua
Aprovechar el tiempo
La segunda instrucción que Pablo le da a los Efesios es que aprovechen al máximo el tiempo. Hoy en día es muy fácil malgastar el tiempo en cosas que no son provechosas. Y a lo que nos llevan es a perder el tiempo y energías en cosas que no son para Gloria de Dios. Hoy hay muchas distracciones, por esta razón es conveniente andar diligentemente y estar atentos a cada pequeño detalle de nuestra vida, para así siempre buscar aprovechar el tiempo dándole la gloria a Dios (Ef 5.16).
Entender cual sea la voluntad de Dios
Y la tercera y última instrucción de Pablo a los Efesios es que: no sean insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor (Ef 5.17). En (Efesios 2.10) podemos ver cual es la voluntad de Dios. Y es que podamos llegar a ser como quiso que fuésemos del el principio, y del mismo modo hacer las obras que el ya ha preparado para que hagamos. Todo esto nos debe llevar a ser consientes y analizar cada decisión que tomamos, para conocer si esta favorece y ayuda al propósito de Dios o le es de obstáculo.
Sabías que jamás podrás hacer o recuperar las oportunidades que tuviste por haber perdido el tiempo en cosas innecesarias. Considero que ya es momento que empieces a hacer que tus decisiones sumen al propósito de Dios y no que resten. Dios te bendiga