El ser humano a diario
sufre muchas necesidades y adversidades, que en ocasiones no sabemos cómo
afrontarlas. Pero siempre debemos tener presente que no estamos solos,
y que, a pesar de nuestros pecados y maldades, Dios desea ayudarnos a salir de
cada problema que podamos afrontar. Porque Dios quiere hacer en el presente las
mismas maravillas que hizo en el pasado, y las quiere hacer hoy mismo si tú se
lo permites.
Jesús sana a un leproso
En la Biblia
encontramos un hermoso momento y ejemplo claro de que Dios siempre está
dispuesto a socorrernos.
Mateo 8:2-3
2. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
Aquí podemos ver un hombre necesitado y desesperado por
salir de la situación en la que se encontraba. Y al ver a Jesús, vio que él era
la única salida de su problema. Al verlo no dudo en venir a él, humillado,
buscando su favor, y esperando a que hiciera su voluntad. Aquel leproso le dijo:
Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y la respuesta de Jesús ante
aquella actitud y comportamiento del leproso fue; Quiero. Y lo mismo
quiere decirte Dios a ti. Quiero, terminar con tus problemas, necesidades,
cargas, lo que te entristece, quiero hacerte libre. Dios quiere hacer esto
y más contigo, pero tú debes hacer lo que hizo aquel leproso.
En ocasiones los
problemas nos turban, y nos llevan a tomar una actitud contraria a la que Dios
desea que tengamos. Cuando vemos que las adversidades o nuestras necesidades en
lugar de mejorar empeoran más y más, a veces podemos llegar a tomar una actitud
de incredulidad. Y en lugar de acercarnos a Dios, nos alejamos de él, y
empezamos a tener pensamientos negativos y actitud de rebeldía. Entonces
pensamos que Dios se ha olvidado de nosotros y que no le importa nuestro
sufrimiento. Pero es todo lo contrario, Dios está al tanto de nuestra
situación, y está listo para socorrernos, pero no obra porque nosotros no
estamos en sintonía con él. No hacemos lo que tendríamos que hacer.
La actitud que Dios desea que tengamos ante los problemas y lo que debemos hacer cuando estemos pasando por momentos difíciles es:
Venir delante de Dios
Lo primero que Dios
desea que hagamos cuando tenemos necesidades es, venir delante de él.
Por esta razón se encargó de dejárnoslo dicho en su palabra: Venid a mí
todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11:28).
En ocasiones, en lugar de venir delante de Dios, huimos de su presencia,
o buscamos primero al hombre antes que a él.
Pero, no solo basta
venir delante de Dios, sino que también debemos venir con la actitud correcta. En
Mateo 9:18 la Biblia nos enseña un claro ejemplo de como venir delante
de Dios. Ahí podemos leer como Jairo viene delante de Jesús y postra ante él,
en señal de humildad, contrito(humillado) y sabiendo quiera Jesús (DIOS).
En humildad
Santiago 4:10
Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
Sabemos por la palabra
que Dios resiste a los soberbios, la soberbia es un obstáculo
para entrar en la presencia de Dios. Y también que nuestras oraciones tengan
respuesta. La soberbia no nos deja sincerarnos con Dios, ni alabarlo,
glorificarlo y darle gracias. Por tanto, esto nos lleva a culpar a Dios por las
cosas que estamos pasando. En cambio, cuando llegamos humillados delante de su
presencia, Dios nos consuela, fortalece nuestra fe, y quita nuestras cargas.
Contritos
Salmo 34:18
Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.
Dios está dispuesto a
librar a aquellos que se rinde a él, aquellos que reconocen que solo Dios puede salvarlo, y librarlos. Él está
cerca de aquellos que contritos claman su nombre, y piden su ayuda. Dios se
alegra en su espíritu cuando venimos con esta actitud delante de él, porque nos
puede mostrar quien es él, y que nos ama. Por eso, hermano(a), ríndele a Dios tu
corazón, y si sientes dureza en tu corazón, pídele a Dios, que la quite y te
ayude a rendirte delante de él.
Sabiendo que Él es Dios
Para venir a Dios y tener una actitud correcta delante de él, primero
debemos saber quién es Dios, y de lo que es capaz de hacer. Debemos conocer de
su amor, misericordia, su santidad, su poder, gloria, dominio, etc. Cuando
tenemos el conocimiento necesario de Dios, esto nos lleva a confiar en él, a
rendirnos, y aceptar su voluntad. Por eso te invito a que conozcas los
atributos de Dios, y los nombres de Dios.
Cada vez que oremos y le pidamos algo a Dios, debemos saber cómo pedirlo,
para poder recibirlo. Porque Santiago 4:3, nos dice por qué a veces lo
que pedimos no lo recibimos.
Santiago 4:3
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
¿Cómo pedirle a Dios?
Cuando traigamos nuestras peticiones delante de Dios, debemos pedir
correctamente para que así Dios obre. Nuestras peticiones no deben ser
egoístas, o para satisfacer nuestros deleites carnales. Porque Dios no responde
esas oraciones, las oraciones y peticiones que mi Señor responde son; aquellas
que buscan darle la gloria y la honra a él. Todo lo que pidas que sea
para gloria de Dios.
Cuando pidas, pide con fe, creyendo que Dios lo hará, porque lo que te dará
a ti lo glorificará a él, (hebreos 11:6). Cuando le pidas algo a Dios,
procura estar en obediencia y en santidad, obedeciendo sus mandamientos, (Juan 9:31). Por último, cuando pidas a Dios, debes estar dispuesto a aceptar su
voluntad, ya que él sabe que es lo que realmente nos conviene y necesitamos en
nuestra vida, (Lucas 22:42).
Dios quiere ayudarnos
Dios siempre está dispuesto a socorrernos, siempre y cuando vengamos a él,
en reverencia, y humildad. Y lo podemos apreciar con su respuesta al leproso: “Quiero”.
Siempre debemos tener presente que Dios nos quiere ayudar, y debemos estar
totalmente convencidos de eso. Porque somos sus hijos, porque Dios es bueno,
misericordioso, amoroso, bondadoso y paciente para con nosotros.
Si venimos delante de Dios, en humildad y con fe, y si le pedimos algo que está
en su voluntad y es para su gloria, él nos lo dará. Porque Dios quiere hacer
milagros en nuestra vida, él quiere dejarnos ver su poder y gloria, que está
cerca de nosotros. Y que él quiere, y puede cumplir nuestros deseos.
Confía que, así como Dios lo ha hecho con otros, lo hará contigo. Él no es
ajeno a nuestro dolor o necesidades. Dios solo está esperando que tomes la
actitud correcta para darte lo que deseas, solo espera, y confía. Tu
presente no determina tu futuro.
DIOS TE BENDIGA